sábado, 18 de diciembre de 2010

Cálculo de Densidad, Volumen y Masa del Agua y Corcho

  • Objetivo: Calcular la masa, el volumen y la densidad de 50ml de agua y de un corcho.
  • Hipótesis: LA densidad resultará de la masa partido por el volumen de 50ml de agua y de un pequeño corcho(10,2g).
  • Material:
    • Agua
    • Corcho
    • Probeta
    • Pipeta
    • Báscula de precisión 
    • Vaso de precipitados
    • Pera para pipeta
    • Gotero
  • Método:
    1. Enchufamos la balanza de precisión y colocamos un corcho en su centro.
    2. Apuntamos el resultado d su masa, 10,2g.
    3. A continuación pasamos a hallar su volumen,obteniendo 7ml.
    4. Después de dicho paso, utilizamos el procedimiento de doble pesada para así conocer la masa del agua.
    5. Depositamos 50ml de agua en la probeta para obtener su volumen.
    6. Para finalizar hallamos la masa del agua, primero pesamos la probeta en la báscula, y una vez sabido su resultado, pulsamos la tecla 'tare', vertimos el agua en ella y así conocimos la masa del agua, 48,7g.
    7. Por último dividimos la mas ad cada uno de ellos por sus correspondientes volúmenes.
  • Resultados:
    • Masa     Volumen                 Densidad

Corcho         10,2g     7ml=cm Cúbicos    1,46


Agua            48,7g    50ml=cm Cúbicos   0.97



  • Conclusión: Mi hipótesis era correcta, ya que la densidad ha sido obtenida mediante la división de cada masa entre su volumen.
  • Reflexión:
    1. ¿Por qué el hielo flota sobre el agua?
    • Flota sobre el agua porque su densidad es menor que la de la misma, por el contrario, si fuera mayor la densidad del hielo se hundiría.
  • Imágenes:












martes, 14 de diciembre de 2010

Lluvia de Estrellas

  • Cuando un cometa pasa por el exterior del Sistema Solar, la interacción con el viento solar hace que su superficie se active. Los gases y materiales de la superficie del cometa salen despedidos al espacio, y pasan a orbitar al Sol en órbitas muy similares a las de su cometa de origen. Así se forma una corriente o anillo de partículas, denominado técnicamente enjambre de meteoros. La órbita terrestre cruza algunos enjambres de cometas de periodo corto, produciendo lluvias de meteoros anuales, como las Leónidas o las Perseidas. Cuando la actividad de una lluvia de meteoros sobrepasa los 1000 meteoros por hora, se la denomina tormenta de meteoritos.
  • Se cree que algunos asteroides pueden ser cometas exhaustos, es decir, cometas que han perdido todos sus elementos volátiles. Por eso, alguno de estos fenómenos tienen a asteroides como cuerpo progenitor. Es el caso de las Gemínidas, que se encuentran en la órbita del asteroide (3200) Phaeton.
  • Al entrar un meteoro en la atmósfera terrestre, se observa un trazo luminoso llamado estrella fugaz o meteoro. Este efecto luminoso está producido por la ionización de la atmósfera que genera la partícula. La mayor parte de meteoros tienen el tamaño de granos de arena y se desintegran a unos 80 o 100 kilómetros de altura. Algunos con masa mayor llegan a tener un brillo considerable, y se los denomina bólidos(en inglés, fireballs). Sólo cuando los meteoroides poseen una masa considerable pueden atravesar la atmósfera por completo hasta llegar a la superficie. Estos meteoroides pasan a recibir la denominación de meteoritos.

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lunes, 13 de diciembre de 2010

Destilación De Mezclas Homogéneas

  • Objetivo: Separar el vino del alcohol mediante un proceso denominado destilación.
  • Hipótesis: El alcohol queda por una parte, mientras que el vino se convierte un líquido con colorantes.
  • Material:
    • Pie Soporte
    • Varilla
    • Doble Nuez
    • Termómetro
    • Matraz de fondo redondo
    • Gradilla
    • Mechero Bunsen
    • Refrigerador Liebig
    • Gomas
    • Trípode Vaso de Precipitados
    • Vino 
    • Agua
    • Cerillas
  • Método:
    1. Prendimos una cerilla para poder encender el mechero.
    2. Abrimos el grifo para que al agua circulara por las gomas, permaneciendo en una parte del  refrigerador.
    3. Esperamos a que el vino comenzara a entrar en ebullición.
    4. Cuando el termómetro marcaba 80º C el alcohol empezó a evaporarse.
    5. Este vapor circulaba por la otra parte contraria del refrigerador, y al entrar en contacto con el agua fría se condensaba, cayendo al vaso de precipitados antes preparado.
    6. Por último vertimos el alcohol (en estado líquido) en una placa de porcelana e intentamos prenderle fuego, pero no dio resultado.
  • Resultado: Obtuvimos por separado el alcohol del vino, y si hubiéramos esperado más tiempo a que el vino entrara en ebullición probablemente hubiéramos obtenido, a parte, sus colorantes.
  • Conclusiones: Mi hipótesis era correcta ya que el alcohol se ha separado del vino.
  • Cuestiones:
    1. La destilación es un proceso que consta de dos fases: transformación de un líquido en vapor(que ocurre en el matraz)y posterior transformación se vino en alcohol(que ocurre en el refrigerador Liebig). Al primer proceso se le llama evaporación y al segundo condensación.
    2. La destilación es un proceso de separación que sirve para:
      • Separar un líquido de una disolución que contiene un material no volátil.(¿Qué significa "no volátil"?)  Significa que es un material que no se puede evaporar.
      • Separar un líquido de una mezcla de líquidos que tienen distintos puntos de ebullición.(¿Qué es el punto de ebullición?)  Es el punto de temperatura en la que el alcohol se evapora.
    3. Las diferencias están en que el alambique tiene una composición más simple, mientras que el que empleamos hoy en día está formado más piezas fabricadas por otros materiales más modernos.
   

    1. Ejemplos de destilación:
      • Separación de una Mezcla de Hidrocarburos Lineales.
      • Separación de una Mezcla de Alcoholes.
      • Separación de una Mezcla de Aromáticos.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Polientes

















El Hombre Que Plantaba Árboles

Traducido del francés por Olga S. Ricalde de Koehnen


Para que el carácter de un ser humano excepcional muestre sus verdaderas cualidades, es necesario contar con la buena fortuna de poder observar sus acciones a lo largo de los años. Si sus acciones están desprovistas de todo egoísmo, si la idea que las dirige es una de generosidad sin ejemplo, si sus acciones son aquellas que ciertamente no buscan en absoluto ninguna recompensa más que aquella de dejar sus marcas visibles; sin riesgo de cometer ningún error, estamos entonces frente a un personaje inolvidable.

Hace aproximadamente cuarenta años, yo hacía una larga travesía a pie, en las regiones altas, absolutamente desconocidas para los turistas, en la vieja región de los Alpes que penetra hasta La Provenza.
Esta región está delimitada al sureste por el curso medio del
Durance, entre Sisteron y Marabeau; al norte por el curso superior del Drome, después de su nacimiento, justo al oeste, por las planicies de Comtant Venaissin y al pie de monte de Mont-Ventoux.
Comprende toda la parte norte del Departamento de Bases - Alpes, el sur del Drome y un pequeño enclave de Vaucluse.
En el momento en el que emprendí este largo viaje, entre los
1200 y 1300 metros de altitud, el paisaje estaba dominado por desiertos, eran tierras tomadas por la monotonía. Lo único que podía crecer ahí eran lavandas silvestres.
Yo pasaba por esta región en su parte más ancha cuando después de tres días de camino me encontré en medio de una desolación sin igual. Acampaba al lado del esqueleto de un pueblo abandonado. Ya no tenía agua. La que me quedaba del día anterior la había utilizado durante la vigilia y necesitaba encontrar más. No pude encontrarla.
Las casas, de lo que alguna vez había sido un poblado, estaban aglomeradas al rededor de unas ruinas apiladas, lo que me hizo pensar que en algún tiempo ahí debió haber habido una fuente o un pozo. El arreglo de las cinco o seis casitas de piedra con techos volados y lavados por el viento, y la pequeña capilla daban la apariencia de un pueblo habitado. Sin embargo, cualquier resquicio de vida había desaparecido.
Era un hermoso día de junio, pleno de sol, pero en estas tierras sin abrigo, y a estas alturas del cielo, el viento soplaba con una brutalidad insoportable. La fuerza con la que el viento golpeaba las carcasas de las casas era tan violenta como el de una bestia salvaje que es interrumpida durante sus alimentos.
Era necesario mover mi campamento. A cinco horas de marcha, no había encontrado agua, ni ningún otro indicio que pudiera darme la esperanza de encontrarla. Por todas partes era la misma aridez, las mismas hierbas leñosas. Me pareció percibir a lo lejos una pequeña silueta negra, de pie. De primera instancia pensé que se trataba de la sombra de un tronco solitario. Por casualidad, me dirigí hacia ella. Era un pastor. Una treintena de corderos yacían sobre la tierra ardiente reposando cerca de él.
Me dio de beber agua de su botella, y un poco más tarde él me condujo hasta su casita en una ondulación de la meseta. El obtenía su agua -excelente, por cierto- de un pozo natural muy profundo, en el que él mismo había instalado un malacate muy rudimentario.
Este hombre hablaba poco. Esta es una práctica común entre aquellos que viven solos. Sin embargo, se le percibía como un hombre seguro de sí mismo, confiado en sus convicciones. Me parecía insólita su presencia en estos lugares tan desprovistos de todo. No vivía en una cabañita, sino en una verdadera casa de piedra donde saltaba a la vista claramente que él mismo había restaurado las ruinas con las que se encontró a su arribo. El techo era sólido y estaba bien fijo. El viento que golpeaba las tejas del techo producía un ruido similar al del mar cuando golpea en las playas.
Sus muebles y pertenencias estaban en orden, su bajilla estaba lavada, el piso estaba pulcramente trapeado, su rifle estaba engrasado; su sopa hervía en el fuego. Fue entonces cuando me di cuenta de que también estaba recién afeitado, que todos sus botones estaban sólidamente cosidos y que su ropa estaba cuidadosamente remendada, a tal punto, que los parches eran casi invisibles.
Él compartió su sopa conmigo y después de cenar yo le ofrecí tabaco de mi saquito. Él me comentó que ya no fumaba. Su perro era tan silencioso como él, era amigable sin llegar a ser ruin.
Rápidamente entendí que pasaría la noche ahí, el poblado más cercano se encontraba todavía a más de un día y medio de marcha.
Más aún, ya había tenido la oportunidad de conocer el raro carácter de los habitantes de esta región. Que por cierto, no era en absoluto recomendable. En las laderas de estas montañas, entre los matorrales de encinos blancos que están en los extremos de los caminos aptos para vehículos, hay cuatro o cinco poblados dispersos, lejos los unos de los otros. Estos poblados están habitados por tala montes que hacen carbón con la madera. Son lugares donde se vive mal; en las garras de la exasperación. Las familias viven unas en contra de las otras, en un clima hostil, de rudeza excesiva, ya sea en el verano o en el invierno, viven amagando su egoísmo aún más por la irracional desmesura en su deseo de escapar de este ambiente.
Los hombres llevaban su carbón al pueblo en sus camiones y, después regresaban. Las más sólidas cualidades se rompen bajo este perpetuo baño escocés. Las mujeres cocinaban a fuego lento sus rencores. Había competencia en todo, desde la venta del carbón hasta las bancas de la iglesia; las virtudes se combaten entre ellas, los vicios y las virtudes se arrebatan unas a otras haciendo un revoltijo sin reposo. Hay epidemias de suicidios y numerosos casos de locura casi siempre fatales.
El pastor, que no fumaba, saco un pequeño saco y vació su contenido sobre la mesa, formando una pila de bellotas. Se puso a examinarlas una por una, poniendo muchísima atención, separando las buenas de las malas. Yo fumaba mi pipa y le propuse ayudarle. Él me respondió que esto era asunto suyo. En efecto, viendo la devoción y cuidado que ponía a su trabajo, decidí no insistir más.
Esa fue toda nuestra conversación durante la noche. Cuando hubo terminado de separar todas las bellotas que estaban en buen estado, entonces las contó y las puso en montoncitos de diez. De esta manera iba haciendo una selección más, eliminando aquellas bellotas que eran muy pequeñas o aquellas que tenían ligeras grietas. Al terminar, una vez más las examinaba gravemente.
Cuando tuvo enfrente de él cien bellotas perfectas detuvo su tarea, y entonces nos retiramos a dormir.
La compañía de éste hombre me daba paz. Al día siguiente, le pedí permiso para quedarme todo el día con él. Él lo encontró perfectamente natural, o con mayor exactitud, él me daba la impresión de que nada podría distraerlo. Este descanso no me era absolutamente necesario, pero yo estaba intrigado, quería saber más acerca de este hombre. Antes de salir, sumergió en una cubeta con agua el pequeño saco donde había puesto las bellotas que habían sido seleccionadas y contadas previamente con tanto cuidado.
Me di cuenta de que su cayado tenía un triángulo de fierro tan grueso como un dedo pulgar y de alrededor de un metro cincuenta de largo. Yo me fui siguiendo una ruta paralela a la suya. La pastura de sus corderos yacía en el fondo de un pequeño valle. Él dejó el pequeño rebaño al cuidado del perro y subió hacia la derecha donde yo me encontraba parado. Me temía que hubiera venido a reprocharme por mi indiscreción, pero este no fue el caso de ninguna manera. Era su propio camino, y me invitó a acompañarlo si no tenía nada mejor que hacer. Continuamos unos doscientos metros más hacia arriba.
Cuando llegamos al lugar que el quería, comenzó a enterrar su triángulo de fierro en la tierra. Este hacía un pequeño agujero en él que el ponía una de las bellotas, que posteriormente cubriría de tierra nuevamente. Él estaba plantando árboles de encino. Entonces le pregunte si la tierra le pertenecía. Él me respondió que no. -
¿Sabe de quién es? Él no lo sabía. Suponía que se trataba de una tierra comunal, o quizás podría ser que se tratara de tierras a cuyos propietarios no les interesara. De esta manera, él plantó cien bellotas con mucho cuidado.
Después de los alimentos del medio día, él comenzó una vez más a seleccionar semillas. Creo que puse demasiada insistencia en mis preguntas, porque él las respondió una a una. A tres años de haber comenzado, él continuaba plantando árboles en esta soledad. Él había plantado ya cien mil. De estos cien mil, veinte mil habían germinado. De estos veinte mil, él consideraba que todavía se perderían la mitad, por causa de los roedores o por cualquier otro designio de la Providencia imposible de predecir. Quedarían entonces diez mil encinos que podrían crecer en este lugar donde antes no había sobrevivido nada.
Fue en este momento en el que comencé a preguntarme sobre la edad de este hombre. Era evidente que se trataba de un hombre de más de cincuenta años. Cincuenta y cinco me dijo. Se llamaba
Eleazar Bouffier. Solía tener una granja en las planicies, donde había vivido la mayor parte de su vida. Había perdido a su único hijo y después a su mujer. Se retiro a la soledad donde acogió el placer de vivir lentamente con su rebaño de corderos y su perro. El había juzgado que este país se estaba muriendo porque le faltaban árboles. Añadió entonces que no teniendo nada más importante que hacer había tomado la resolución de poner remedio a este estado de las cosas.
Viviendo yo mismo en ese momento una vida solitaria, y a pesar de mi juventud, sabía como acercarme con delicadeza a aquellas almas solitarias. Aún así, cometí un error. Fue precisamente mi juventud la que me forzó a imaginar el porvenir en mis propios términos, y en cierta medida también un anhelo en la búsqueda por felicidad. Le comenté que dentro de treinta años estos cien mil encinos serían majestuosos. Me respondió con tal simpleza, que si
Dios le prestaba vida, en treinta años él habría plantado tantos otros que estos diez mil serían tan sólo como una gota en el mar.
Él había comenzado también a estudiar la propagación de las hayas. Cerca de su casa había instalado un pequeño vivero donde crecía los arbolitos. Los sujetos que había protegido de sus corderos con una pequeña barda, que funcionaba como barrera, estaban creciendo hermosamente. Él estaba considerando plantar también algunos abedules que serían muy convenientes para las partes bajas de los valles, donde aclaro que había en estado latente un poco de humedad que se extendía sobre la superficie del suelo por algunos metros.
Al siguiente día, nos separamos.
Al año siguiente la guerra del catorce había comenzado. Yo estuve comprometido en ella por cinco años. Un soldado de infantería apenas y podía pensar en árboles. A decir verdad, todo este asunto no me había dejado ninguna impresión. En lo personal la considere como un hobby pueril, como una colección de timbres y la olvide.
Al terminar la guerra me encontré al frente a una pequeña desmovilización y con un gran deseo de tomar un pequeño respiro de aire puro. Sin ninguna otra pre concepción más allá de tomar un nuevo aliento. Fue así que retomé el camino hacia aquellas tierras desérticas.
La región no había cambiado. Sin embargo, más allá de ese poblado abandonado percibí a la distancia una especie de neblina grisácea que convergía en las alturas de las colinas como una alfombra. A partir de ese momento no deje de pensar en el pastor que plantaba árboles. Diez mil encinos, me dije: ocupan un gran espacio verdaderamente.
Había visto morir a mucha gente durante esos cinco años de guerra, pero no me podía imaginar de ninguna manera la muerte de
Eleazar Bouffier, a pesar de que un hombre de veinte años piense que un hombre de cincuenta es ya tan viejo que no le resta más que morir. Él no estaba muerto, en efecto, estaba lleno de vitalidad.
Había cambiado la materia de su interés. Ahora sólo tenía cuatro corderos, pero tenía un centenar de colmenas. Se había desecho de los corderos porque amenazaban los retoños de los árboles. Él me comentó entonces que la guerra no lo había distraído en absoluto, como yo mismo me pude dar cuenta, él continuó con su labor de cultivador de árboles imperturbablemente.
Los encinos de 1910 ahora tenían 10 años y eran más altos que yo y que él mismo. El espectáculo era impresionante. Yo me quede literalmente privado de la palabra. Como él, no podía hablar más.
Pasamos todo el día en silencio caminando por su bosque. Estaba divido en tres secciones, el largo total era de once kilómetros, y en su punto más ancho la sección era de tres kilómetros. Cuando caí en la cuenta de que todo esto había florecido de las manos y del alma de este único hombre solo, sin ningún avance técnico en su herramienta, comprendí que los hombres pueden llegar a ser tan eficaces como Dios en otros dominios además de el de la destrucción.
Él había perseguido su ideal, prueba fehaciente de ello era que las hayas habían alcanzado mis hombros y se habían extendido tan lejos como la vista podía alcanzar. Los encinos eran ahora robustos y frondosos, habían ya pasado la edad en la que estaban a la merced de los roedores y en cuanto a los designios de la Providencia, si deseaba destruir la obra creada, se necesitaría de un ciclón. Él me mostró sus admirables parcelas de abedules que databan de cinco años atrás, es decir de 1915; cuando yo tuve que estar combatiendo en Verdún. Él los había plantado en las partes bajas del valle, donde había sospechado, con justa razón, que había humedad justo a flor de tierra. Eran tan tiernos como jóvenes adolescentes, y muy decididos.
La creación estaba en el aire, por doquiera, se veía como la sucesión estuviera tomando su propio camino. Él no se preocupaba, se ocupaba. Perseguía obstinadamente su objetivo. Era tan simple como eso. Al descender por el poblado, pude ver agua correr en los arroyos que en la memoria de los hombres, habían estado siempre secos. Era la más extraordinaria reacción en cadena la que este hombre me había dado la oportunidad de presenciar. Estos arroyos secos que en tiempos muy antiguos habían llevado agua, habían vuelto a florecer. Algunos de estos tristes poblados, de los que había comentado al comienzo de mi relato, estaban construidos sobre edificios de antiguas ciudades galo-romanas, donde aún quedaban algunos trazos de estas antiguas culturas. Ahí, los arqueólogos habían encontrado anzuelos de pesca, en lo que en tiempos más recientes habían sido cisternas para abastecer de un poco de agua a estos secos lugares.
El viento dispersaba también algunas semillas. Al mismo tiempo que el agua reapareció, reaparecieron los sauces, las enredaderas, los prados, los jardines, las flores y positivas razones para vivir.
Realmente la transformación había tenido lugar de manera tan paulatina que había penetrado y se había instalado en la costumbre sin provocar ningún sobresalto o sorpresa. Los cazadores que subían a la soledad de las montañas para perseguir liebres o jabalíes habían constatado también la presencia de pequeños árboles. Sin embargo, atribuían los cambios a los procesos naturales de la tierra. Esta era la razón por la que nadie había tocado su obra, porque nadie en absoluto había llegado a estar en contacto con este hombre. Era insólito. ¿Quién podría imaginar que en estos poblados y administraciones, que existiera alguien con tal obstinación y poseedor de una generosidad extrema que llegase al punto de ser sublime?
A partir de 1920, no dejé pasar más de un año sin ir a visitar a
Eleazar Bouffier. Jamás lo vi decaer, ni dudar. A pesar de que sólo Dios sabe los sin sabores que hubo de superar. Para obtener el éxito en su empresa fue necesario superar muchas adversidades y luchar contra la desesperación. Baste decir que durante un año había logrado plantar diez mil arces y todos murieron. Al siguiente año de este suceso, decidió abandonar los arces y volver a plantar hayas. Estas lograron crecer sanas y con mayor esplendor que los  encinos.
Para tener una idea más precisa del carácter excepcional de nuestro personaje, no hace falta más que recordar que vivía en una soledad total, sí total, a tal punto que hacia el final de su vida había perdido la costumbre de hablar. O quizás: ¿Era que ya no había visto la necesidad de hacerlo?
En 1933 recibió la visita de un guardia forestal atolondrado.
Este funcionario le advirtió de no provocar fuegos a la intemperie, ya que podría a poner en riesgo el bosque "natural". Fue la primera vez que un hombre le dijera de forma tan pueril que había visto crecer este bosque por sí solo, de manera espontánea. En este tiempo él estaba pensando en plantar hayas en un claro a doce kilómetros de su casa. Para evitar el ir y venir de ese sitio, - ya que para aquel entonces él contaba ya con setenta y cinco años de edad-, estaba ambicionando construir una pequeña casita de piedra en el lugar mismo donde se encargaría de plantar los árboles. Esto fue lo que hizo al año siguiente.
En 1935, un verdadero delegado de la administración vino a examinar "el bosque natural". Había con él un personaje importante del Ministerio de Aguas y Bosques, un diputado y técnicos. Se pronunciaron muchas palabras inútiles. Se decidieron hacer algunas cosas y, afortunadamente, no se hizo nada; excepto por una medida verdaderamente útil: se puso al bosque bajo la salvaguarda del
Estado, y se prohibió que se viniera a hacer carbón. Era evidente que era imposible no ser subyugado ante la belleza de estos jóvenes árboles plenos de salud. Este bosque ejercía sus poderes seductivos incluso en el mismo diputado.
Yo tenía un amigo entre los directores del departamento forestal que estaban en la delegación. Le explique lo que para él era un misterio. Un día de la siguiente semana, fuimos los dos juntos a buscar a Eleazar Bouffier. Lo encontramos en pleno trabajo, a veinte kilómetros del sitio donde se había realizado la inspección anterior.
Este capitán forestal no era mi amigo nada más porque sí. Él conocía el verdadero valor de la cosas. El sabía permanecer en silencio. Le ofrecí algunos huevos que había traído conmigo como regalo; dividimos nuestros alimentos en tres y pasamos algunas horas sin decir ninguna palabra, en la contemplación del paisaje.
La ladera donde estábamos estaba cubierta por árboles de seis a siete metros de alto. Yo recordé el aspecto del sitio en 1913: un desierto... El trabajo apacible y regular, el aire lleno de vitalidad de las alturas, la frugalidad, y sobretodo la serenidad de su alma le habían dado a este hombre una salud casi solemne. Era un atleta de
Dios. Me preguntaba cuántas hectáreas más él habría todavía de cubrir con árboles.
Antes de partir, mi amigo hizo una simple sugerencia concerniente a algunas especies de árboles para las que el terreno parecía especialmente adecuado. Él no insistió más. Por una muy buena razón. Me aclaro después. Este buen hombre sabe mucho más que yo. A una hora más de camino, - esta idea se le había fijado en su pensamiento, y entonces agregó:"Él sabe mucho más que todo el mundo". Él había encontrado un motivo para sentirse orgulloso y feliz.
Fue gracias a este capitán forestal que no solamente el bosque fue protegido, sino que junto con él la felicidad de este hombre.
Hizo nombrar a tres guardias forestales para la protección de los territorios. Los ubicó de tal manera que permanecieran indiferentes a cualquier cantidad de vino que los tala montes pudieran ofrecer como soborno.
La obra no estuvo en riesgo grave, salvo en la guerra de 1939; cuando los automóviles comenzaron a entrar por madera, pues nunca había suficiente. Comenzaron a talar algunos de los encinos de las parcelas de 1910. Por suerte, estos bosques están tan lejos de cualquier arroyo o camino que no resultó costeable seguir extrayendo la madera y la compañía decidió pronto abandonar esta extracción. El pastor no vio nada. Él estaba a treinta kilómetros del sitio, y continuaba pacíficamente con su labor, tan imperturbable por la guerra de 39 como lo había estado por la guerra de 14.
Vi por última vez a Eleazar Bouffier en 1945. Tenía entonces ochenta y siete años. Yo había retomado de nueva cuenta el camino del desierto, sólo para encontrarme ahora con lo que a pesar de todo había dejado como legado la guerra en esa región. Había un carro que hacía la ruta entre el Valle del Durance y la montaña. Yo me apreste a tomar este relativamente rápido medio de transporte, pues los cambios eran tan grandes que yo no pude reconocer el lugar de mis últimas visitas. Me pareció también que el trayecto me hacía pasar por lugares nuevos. Me vi obligado a preguntar el nombre del poblado, para estar bien seguro que esta era la región que en otros tiempos había visto en ruinas y desolación. El carro me dejó en Vergons.
En 1913, en este pequeño caserío había diez o doce casas con tres habitantes. Estas gentes eran salvajes, detestándose los unos a los otros, siempre en eterno conflicto y pillaje. Física y moralmente, ellos parecían hombres prehistóricos. Eran devorados por el contorno de las paredes de las casas abandonadas. Su condición era de total desesperanza. Parecía que sólo estaban esperando a que la muerte los encontrara. Una condición que claramente no los predisponía a cultivar ninguna virtud.
Todo había cambiado. Incluso el aire mismo. En el lugar de borrascas secas que en otros tiempos había sido, ahora soplaba suavemente una brisa con dulce olor. Un sonido que recuerda el del correr del agua que cae de las alturas. Pasaba lo mismo con el viento que ululaba entre los árboles del bosque. En fin, lo más asombroso de todo era que se escuchaba el ruido del agua que circulaba hacia un verdadero pozo. Vi que habían construido una fuente, y que había abundante agua en ella; lo que me estremeció más es que junto a esta fuente habían plantado limoneros que tenían por lo menos cuatro años y que ya habían crecido gruesos. Eran un símbolo de la indisputable resurrección.
Más aún Vergons mostraba ya signos de trabajo, de aquellos que tienen por condición necesaria la presencia de la esperanza. La esperanza había retornado. Habían limpiado las ruinas, habían tirado las paredes rotas, y habían reconstruido las cinco casas. El poblado contaba ahora con veintiocho habitantes que incluía a cuatro parejas jóvenes. Las casas nuevas, recién remozadas estaban rodeadas por jardines, hortalizas y verduras entremezcladas con malezas alineadas, había legumbres y flores, coles y rosales, puerros y albahaca, apios y anémonas. Era ahora un lugar donde cualquiera estaría encantado de vivir.
A partir de este poblado seguí mi camino a pie. La guerra de la que a penas estábamos saliendo, no nos permitía más que reincorporarnos pausadamente a la vida. Sin embargo, Lázaro estaba fuera de su tumba. En los flancos de las montañas vi campos verdes de cebada y de centeno en hierba. Al fondo podía ver algunas praderas que reverdecían.
Nos separan ahora ocho años desde que vi a toda esta región florecer con una suave ligereza que resplandecía de verdor. Los despojos de las ruinas que había visto en 1913, ahora mantenían granjas prósperas, que proporcionaban una vida feliz y confortable.
Los viejos manantiales eran alimentados por agua de lluvia y nieve que ahora podía ser alojada y retenida por los bosques; el agua volvía a correr recuperando su ciclo natural. Parte del agua se había acanalado. Bordeando a cada granja había arboledas de pinos y arces, los manantiales de agua estaban bordeados por carpetas de mentas frescas. Los poblados estaban siendo reconstruidos poco a poco. Una población venida de las planicies donde la tierra era muy cara llegaron a establecerse, trayendo con ellos juventud, movimiento y espíritu de aventura. Ahora se encuentran por los caminos hombres y mujeres bien nutridos, jóvenes y muchachas que saben reír, y que han retomado el gusto por las fiestas de la campiña. Si reencontramos a la antigua población, ahora veremos que es irreconocible por su dulzura y plenitud por la vida. Contando a los nuevos llegados, tenemos a más de diez mil personas que le deben su felicidad a Eleazar Bouffier.
Cuando reflexiono que un solo hombre confiado en sus simples recursos físicos y morales fue suficiente para hacer surgir de un desierto esta tierra de Cannan, me doy cuenta que a pesar de todo, la condición humana es admirable. Pero, cuando hago un recuento de lo que puede crear, la constancia, la generosidad y la grandeza de un alma resuelta a lograr su objetivo, soy presa de un inmenso respeto por aquel viejo campesino sin cultura que a su manera supo como materializar una obra digna de Dios.
Eleazar Bouffier murió apaciblemente en 1947 en el asilo de
Banon.





  • Resumen:


Esta historia ha sido contada hace unos cuarenta años por un joven que hizo un largo viaje a pie por la antigua región de Provenza.


El paisaje allí era muy hostil, y debido a esto nadie habitaba las casas recientemente restauradas de los pequeños poblados situados entre las laderas de las montañas.


Tras varios días de duro camino, el agua que el muchacho llevaba en su cantimplora se agotó y por más que trataba de encontrar una fuente para llenarla no lo lograba.Cuando había perdido toda esperanza, apreció que a lo lejos había una sombra. Al principio creía que tan sólo se trataba de un árbol, pero a medida que se acercaba visualizaba a un pastor con su rebaño de corderos y un gran perro.


Dicho hombre le lleva a su casa y le da de beber, no se puede decir que sea de muchas palabras, más bien se trataba de todo lo contrario, pero incluso aquella situación era mejor que la plena soledad.


El viajero pasó el resto del día en la casa del pastor, que por cierto, su nombre era Eleazar Bouffier. Observó que estaba en una enorme casa de piedra, bien echa, ordenada y limpia. 


Tras cenar un buen plato de sopa caliente, Eleazar sacó una pequeña bolsa y la vació sobre la mesa. La bolsa contenía un gran puñado de bellotas, que el pastor comenzó a seleccionar atendiendo a su tamaño, color, dureza... De las muchas que poseía se quedó con diez montones de diez bellotas, obteniendo un total de cien.


Al día siguiente ambos fueron a una enorme extensión de terreno, el joven le preguntó al hombre que si las tierras en las que se encontraban eran suyas, y éste le respondió que no, que no sabía de quién eran. Más tarde le volvió a interrogar sobre los habitantes de los pueblos de alrededor y de por qué vivía en ese lugar tan alejado de todo. Se quedó satisfecho, pues el pastor le había contestado que estaba ahí porque su hijo había fallecido y más tarde su mujer, y que tras esto solo quería tranquilidad. Y en cuanto a las gentes, creía que se habían ido a otro lugar porque a parte de la exagerada competencia que había entre los distintos pueblos, aquel lugar era un desierto. Por su propia voluntad Eleazar le comentó que estaba allí para llenar todos los campos de árboles, porque pensaba que era lo que le necesitaba este inhóspito lugar, y a partir de esta aclaración se dedicó a enterrar las bellotas que la noche anterior había seleccionado.


A la mañana siguiente el joven partió para finalizar su trayecto.


Durante los años próximos debía luchar en la guerra de 1914 y cuando esta finalizó volvió a visitar al pastor. Cuando llegó apenas reconocía el sitio, todo había cambiado bastante, podía divisar árboles cuanto su vista le permitía y también apreciaba que había agua corriendo. Más tarde se dirigió a ver a  Eleazar, que como siempre estaba plantando más árboles de distintas especies. A partir de este momento el muchacho decidió no dejar pasar más de un año entre visita y visita, y así lo hizo.


Unos años más tarde, en 1933 Eleazar es visitado por un guardia forestal, quien le advierte sobre las consecuencias que habría si incendiaba el bosque.


Con en transcurso de los dos años siguientes, en 1935 EL pastor-recolector es visitado por un auténtico delegado de administración que iba a revisar el bosque con mayor detenimiento  declarándolo bajo la salvaguarda del Estado.


El bosque no estuvo en riego hasta la llegada de la guerra de 1939,en la que  algunos automóviles entraron en los bosques y talaron árboles para obtener madera, pero como esta zona no estaba cerca de ningún arroyo no salía económico y la extracción se detuvo. Eleazar continuó con su plantación, sin apreciar esta guerra, tal y como hizo con la del 14.


La última vez que vio a Eleazar fue en 1945, cuando regresó tras la guerra para comprobar su legado. Todo aquello había cambiado, vivía numerosa gente en las casas de los poblados, tanto ancianos como jóvenes, habían construido granjas, y lo que más le impresionó fue que a habían construido una hermosa fuente de la que caía agua limpia y fresca. Todo esta esta gente le debía su felicidad a aquel noble campesino.
 Eleazar Bouffier murió en el año 1947 en el asilo de Banon.






  • Comentario: Esta historia me ha parecido muy interesante, porque en ella se refleja como un hombre que lo único que deseaba en su vida era tranquilidad, hace cambiar por completo un lugar desértico por uno hermoso, en el que a todo el mundo le gustaría vivir. Además, nos hace apreciar el valor que tienen las plantas y en especial los árboles, por toda la alegría  y el ambiente pacífico que provocan.







  • Fotografías de Árboles:

































jueves, 9 de diciembre de 2010

Cromatografía de pigmentos vegetales

  • Objetivo: 
    • Extraer y separar los pigmentos de unas hojas de espinaca.
  • Hipótesis:
    • Los pigmentos se separan, van subiendo por el papel de filtro, de modo que, los que se disuelven mejor en el agua permanecen en la parte superior del papel.
  • Material:
    • Hojas y pétalos de espinaca
    • Mortero
    • Placa de Petri
    • Papel de filtro
    • Embudo
    • Alcohol
    • Matraz Erlenmeyer
  • Método: 
    1. Colocamos unas cuantas hojas de espinaca en el mortero, en cuyo fondo había alcohol.
    2. Comenzamos a machacar dichas hojas hasta que no soltaban más color.
    3. Doblamos y pusimos sobre el embudo un pequeño trozo de papel de filtro que nos ayudaría a separar los restos de pétalos vegetales de la mezcla.
    4. Una vez colado el alcohol teñido de verde, lo vertimos en una placa de Petri y sobre esta depositamos el papel de filtro.
    5. Finalmente esperamos a que la mezcla subiera por el papel para que sus pigmentos se separaran.
  • Resultado: Los pigmentos quedaron colocados de la siguiente manera
    1. En la parte inferior del papel quedó la clorofila A, en este caso de color verde azulado.
    2. Seguidamente se posicionó la clorofila B, de color verde amarillento oscuro.
    3. Después los carotentos, en esta ocasión fue amarillo anaranjado.
    4. En la parte superior del papel de filtro se encontraban las xantófilas, de un apreciable amarillo.
  • Conclusiones:
    • Mi hipótesis era correcta ya que los pigmentos de este vegetal se han separado atendiendo a la siguiente clasificación, los de fácil disolución en el agua permanecieron en lo alto del papel de filtro.
  • Cuestiones:
    1. ¿Qué ocurre con el alcohol al introducir el papel de filtro?
    • El alcohol sube por el papel de filtro, separando los pigmentos de la espinaca.
    1. ¿Cómo se llama esta propiedad de los líquidos?
    • Se denomina capilaridad o cromatografía.
    1. ¿Qué ha ocurrido con los pigmentos en la hoja de papel? ¿a qué crees que se debe?
    • Lo que ha sucedido es que en la parte de abajo del papel de filtro los pigmentos son más oscuros y van clareando a medida que ascienden. Esto se debe a que los pigmentos se disuelven en el alcohol.






martes, 7 de diciembre de 2010

Epidermis del puerro y de la cebolla

  • Objetivos:
    • Conocer con los distintos objetivos del microscopio la epidermis de un pequeño trozo de cebolla.
    • Conocer con los distintos objetivos del microscopio la epidermis de un pequeño trozo de puerro.
  • Hipótesis:
    • Ver más detalladamente las características de la cebolla a medida que cambiamos de objetivo.
    • Ver más detalladamente las características del puerro a medida que cambiamos de objetivo.
  • Material:
    • Tijeras 
    • Pinzas
    • Aguja Enmangada
    • Bisturí 
    • Placa de Petri 
    • Porta objetos 
    • Cubre objetos
    • Microscopio
    • Cebolla
    • Puerro
    • Agua
    • Colorante
  • Método: Cebolla y puerro
    1. Separar una pequeña parte de la epidermis de la cebolla y del puerro.
    2. Colocar estas partes de epidermis en dos porta objetos diferentes.
    3. Una vez puesta la muestra en el porta objetos mojar la capa de epidermis con unas cuantas gotas de agua.
    4. Seguidamente echar una gota de colorante, verde metilo, y dejar actuar durante cinco minutos, teniendo cuidado de que la epidermis no se seque por falta de colorante o por evaporación del mismo.
    5. A continuación aplicamos la suficiente cantidad de agua para que la muestra deje de soltar colorante.
    6. Es ahora cuando colocamos con precaución el cubre objetos para dejar la preparación sin burbujas.
  • Conclusiones:
    • Mi hipótesis era correcta ya que los detalles de la epidermis de la cebolla se observan mejor a medida que cambiamos de objetivo, vamos aumentando.
    • Mi hipótesis era correcta ya que los detalles de la epidermis del puerro se observan mejor a medida que cambiamos de objetivo, vamos aumentando.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Proyecto Biosfera

LAS FUNCIONES DE LOS SERES VIVOS:
1. Las funciones de los seres vivos:
  Todos los seres vivos, sin excepción, realizan una serie de funciones absolutamente indispensables para el mantenimiento de su vida. Piensa en ti mismo. Tú perteneces a un grupo de seres vivos muy especial: EL HOMBRE. Desde que te levantas hasta que te acuestas por la noche, has realizado una gran variedad de actividades y tu cuerpo ha estado funcionando a la perfección sin que tú te dieras apenas cuenta. Todo lo que has hecho en el día de hoy, todas las actividades que has realizado, se puede agrupar en tres funciones básicas:nutrición, relación y reproducción.


cuerpo humano


2. La función de nutrición:
  Como habrás visto en los ejercicios anteriores, para la realización de todas las actividades de la vida es imprescindible el aporte de energía. Con la función de nutrición el organismo vivo obtiene la materia y la energíaque necesita.



 2.c.a. Aparato Digestivo:
  El aparato digestivo es el encargado de la transformación de los alimentos en sus moléculas, en sus componentes químicos (nutrientes). Las transformaciones las realiza en el proceso de digestión. La mayor parte de los animales tienen un aparato digestivo formado por:
a.- Un tubo digestivo: abierto por los dos extremos, boca para entrada de alimentos y ano para salida de excrementos.
b.- Glándulas acompañantes: salivares, hígado y páncreas (en vertebrados) y hepatopáncreas (invertebrados).






 La digestión:
1º.- Comienza en la boca, por donde entrar los alimentos que son ya triturados y envueltos por la saliva producida en las glándulas salivares. En la boca existen piezas y estructuras diferentes según los animales y el tipo de alimentación que posean. En el caso de los vertebrados existen dientes duros que cortan, machacan y trituran el alimento.
2º.- El alimento triturado y envuelto en saliva pasa por la faringe, esófago y llega al estómago, donde se almacena y es parcialmente digerido con los jugos gástricos que produce la pared del estómago. Se digiere el alimento física y químicamente.
3º.- Del estómago pasa al intestino delgado que completa la digestión gracias a sus jugos y al aporte de jugos producidos por el hígado y el páncreas que vierten su contenido en él. 4º.- Al final, el alimento está totalmente digerido y es absorbido por la sangre. La sangre se lo lleva a todas las células del cuerpo.
5º.- Los productos no digeridos o que no son útiles para el organismo se desecan en el intestino grueso y se expulsan por el ano.



  En la nutrición humana algunos productos no son digeribles por nuestro aparato digestivo (la fibra) sin embargo forma la dieta básica de muchos animales herbívoros como la vaca. En este caso el estómago está adaptado en compartimentos que ayudan a la digestión de esa fibra (celulosa). Tienen cuatro cámaras: panza, redecilla, libro y cuajar. Los animales comen la hierba, la mastican y la pasan casi sin digerir a la panza. Luego en un lugar tranquilo rumian el alimento, es decir devuelven el producto de la digestión a la boca de nuevo y allí mastican la hierba fermentada en la panza. Luego ya pasa por la redecilla, el libro y el cuajar que terminan la digestión.



 2.c.b. Aparato Respiratorio:
  La función del aparato respiratorio es conseguir el oxígeno necesario para la respiración celular y expulsar el dióxido de carbono que se produce en la célula tras el metabolismo. Existen animales que pueden intercambiar gases a través de la piel (animales acuáticos o de ambientes muy húmedos), tienen respiración cutánea (esponjas, medusas, gusanos terrestres...). Otros animales acuáticos respiran a través de expansiones laminares que llamamos branquias (moluscos, crustáceos y peces). Los animales terrestres para no deshidratarse cubren su piel con escamas, pelos, plumas... y por ello no pueden intercambiar gases por la piel. Necesitan un sistema de tráqueas (insectos) o pulmones (vertebrados terrestres).



Branquias


Tráqueas


Pulmones


Los pulmones son sacos internos irrigados por cantidad de capilares sanguíneos. En los vertebrados terrestres (anfibios, reptiles, aves y mamíferos) el aire entra cargado de oxígeno por las fosas nasales, pasa a la faringe, la tráquea y los bronquios, llega a los pulmones donde el oxígeno atraviesa las paredes tomando oxígeno y cediendo dióxido de carbono. Cuando el aire penetra en el interior del cuerpo lo hace porinspiración, cuando se expulsa se hace por espiración.



  2.c.c. Aparato Excretor:
  Cuando los nutrientes y el oxígeno llegan a las células, éstas lo utilizan en su metabolismo, en la respiración celular. Con ello obtienen la energía necesaria para vivir. Pero a cambio, producen una serie de sustancias tóxicas que deben ser eliminadas de las células primero y de la sangre después. Estas sustancias son dióxido de carbono y sustancias nitrogenadas. El dióxido de carbono ya hemos visto que se libera por los pulmones, pero los productos nitrogenados se deben eliminar por un aparato específico: el aparato excretor.



 Los animales más sencillos (celentéreos y esponjas) no tienen aparato excretor, vierten sus basuras directamente al agua, pero el resto de los animales sí lo poseen.
Existen nefridios (un par de tubos en cada anillo del animal, gusanos); glándula verde (pequeña glándula cerca de las antenas en crustáceos); tubos de Malpighi (tubos que vierten su contenido al interior del tubo digestivo, en insectos) y riñones formados por numerosos tubos microscópicos o nefronas, como es el caso de los animales vertebrados.



En las nefronas de los riñones se filtra la sangre, las sustancias que son aprovechables, como el agua, los iones, etc... se reabsorben y son devueltas a la sangre, y los desechos nitrogenados y exceso de agua se excretan en forma de orina. En los peces la orina sale directamente al exterior. En anfibios, reptiles y avesla orina sale de los riñones por unos finos conductos, uréteres que desembocan junto con el intestino y los conductos del aparato reproductor, en la cloaca. En mamíferos, los uréteres terminan en la vejiga de la orina, de donde sale un conducto único, la uretra que comunica con el exterior independientemente en las hembras y junto con el reproductor en los machos.



 2.c.d. Aparato circulatorio:
  La función del aparato circulatorio es proporcionar a todas las células las sustancias nutritivas y el oxígeno necesario para la respiración celular. Así como transportar las sustancias de desecho que se producen tras el metabolismo celular a los lugares de excreción.
Los animales inferiores no tienen verdadero sistema circulatorio (esponjas o celentéreos). El resto de los animales posee: sangre, corazón y vasos sanguíneos.
La circulación puede ser: abierta: donde la sangre no circula encerrada en vasos sanguíneos sino que baña a la células directamente (moluscos y artrópodos) y cerrada: donde la sangre siempre va encerrada en vasos sanguíneos (anélidos y vertebrados).




 En los vertebrados los vasos sanguíneos pueden ser: arterias (sacan la sangre del corazón hacia el resto del cuerpo), venas (meten la sangre en el corazón) y capilares (comunican venas con arterias). El corazón presenta dos tipos de cavidades: aurículas (cavidad que recoge la sangre de las venas) y ventrículos(cavidades que impulsan la sangre fuera del corazón).
La circulación por tanto puede ser: sencilla: es la que presentan los peces, la sangre pasa solo una vez por el corazón, solo tienen una aurícula y un ventrículo. Doble e incompleta: existen dos circuitos uno pulmonar y otro general pero la sangre se mezcla, la venosa y la arterial, solo existe un ventrículo. Y la circulación doble y completa donde la sangre además de realizar los dos circuitos no se mezcla nunca. Existen dos aurículas y dos ventrículos bien separados. Es la circulación de aves y mamíferos.



En el corazón de las aves y de los mamíferos existen cuatro cámaras: aurículas derecha e izquierda yventrículos derecho e izquierdo. A la aurícula derecha le llega la sangre sucia por las venas cavas procedente de todo el cuerpo. Esta sangre sucia pasa al ventrículo derecho y de ahí por las arterias pulmonares va hacia los pulmones, donde se limpia. La sangre limpia, llena de oxígeno, regresa al corazón por las venas pulmonares y entra en él por la aurícula izquierda. Pasa limpia al ventrículo izquierdo y de ahí sale con mucha fuerza por la arteria aorta para repartirse por todo el organismo.





LAS FUNCIONES DE LOS SERES VIVOS:
3. Funciones de Relación:
  3.a. Comunicación entre seres vivos:
  Ningún ser vivo puede vivir ajeno a lo que ocurre en el medio en el que vive. Necesita capturar el alimento, fabricarlo, buscar pareja, defenderse de los depredadores, elegir las condiciones ambientales más favorables para su vida... en definitiva necesita relacionarse.
Así pues, la función de relación, permite al ser vivo conocer mejor el medio que le rodea para asegurar así su supervivencia, respondiendo lo mejor posible ante posibles cambios.
Los animales se pueden comunicar de diversas formas: de forma visual, sonora, olfativa o táctil, estas señales son emitidas por unos animales y recibidas por otros. Las informaciones emitidas son estímulos que pueden ser captadas por los otros animales mediante una serie de receptores sensoriales. Esta información es cedida alsistema nervioso que no solo registrará la señal sino que emitirá una respuesta adecuada elaborada por sus músculos, glándulas o vísceras que actúan como órganos efectores.



3.b. Comunicación dentro del animal:
  Una vez que el ser vivo ha recibido los estímulos, su sistema nervioso integra y analiza la información. Este sistema es diferente según el grupo animal que se analice. Así el sistema nervioso de invertebrados puede ser una red difusa: red de células nerviosas distribuidas por el organismo, donde los estímulos que llegan se transmiten por todo el cuerpo del animal (celentéreos) o un sistema ganglionar: donde las células nerviosas se acumulan en ganglios, tienen un cordón nervioso donde se comunican los ganglios a modo de escalera y una concentración de células nerviosas en la cabeza formando una masa cerebral. Este tipo de sistema nervioso es propio de animales de vida activa, donde las respuestas a los estímulos deben ser rápidas (anélidos y artrópodos).





El sistema nervioso de vertebrados se caracteriza por tener un sistema nervioso central: con un cordón nervioso que recorre el cuerpo y se ensancha en la cabeza para formar un encéfalo; un sistema nervioso periférico: formado por prolongación de las células nerviosas y que unen el sistema central con las vísceras, músculos y superficie del cuerpo y un sistema nervioso autónomo: que regula las funciones involuntarias del cuerpo como el latido cardiaco, la digestión y la respiración.
Existen además actos reflejos: se producen de forma automática y siempre igual. Los estímulos no llegan al cerebro, solo llegan a la médula espinal (Ej.: cuando el médico nos toca la rodilla con el martillo de analizar reflejos).





 3.c. Las funciones de relación en los vegetales:
  Los vegetales no se pueden desplazar, sin embargo son capaces de detectar los cambios en el ambiente en el que viven y reaccionar ante él de forma adecuada. Las respuestas que emiten ante los estímulos son: tropismos, que son movimientos por crecimiento desigual de los órganos del vegetal (fototropismo: movimiento hacia la luz de las hojas; geotropismo: movimiento de la raíz hacia el suelo o del tallo en sentido opuesto al suelo); nastias que son movimientos sin dirección que se repiten cada cierto tiempo (apertura y cierre de las flores en 24 horas);movimientos de contacto: cuando los órganos de una planta rozan con un objeto y se mueven (movimiento de cierre de las hojas de las plantas carnívoras cuanto el insecto toca la hoja) y fotoperiodicidad: movimientos coincidentes con distintas épocas del año en función de la duración de las horas de luz (floración, caída de las hojas...).





LAS FUNCIONES DE LOS SERES VIVOS:
4. La función de reproducción:
  Los individuos de cada especie para asegurar su supervivencia se deben reproducir, así pueden originar nuevos seres iguales a ellos que sustituyen a los que se mueren. Existen dos formas de reproducción: la reproducción sexual y la asexual.



4.a. La reproducción asexual:
  En este tipo de reproducción sólo interviene un individuo y no existen células especializadas o gametos sexuales. Es muy rápida y produce gran cantidad de descendientes idénticos al progenitor ya que se originan a partir de una parte del mismo, por lo tanto su información genética es igual a la célula de la que parten. Puede realizarse por:
Gemación: En el organismo se produce una yema (conjunto de células) que crecen y se pueden desprender del organismo que lo produce y originar un individuo independiente.
Bipartición: La célula se divide en dos partes y cada una da un individuo.
Esporulación: la célula se divide varias veces y forman esporas todas iguales.
Fragmentación: se forman nuevos individuos a partir de trozos de organismos que ya existían.
Regeneración: El trozo que se desprende del organismo original lo hace de forma accidental (esquejes) y a partir de ahí se pueden formar nuevos seres vivos.


Esqueje


 4.b. La reproducción sexual en animales:
  Los animales se reproducen sexualmente. Para ello cuentan con:
1º.- células sexuales o gametos que se producen en las gónadas. Estas células son los óvulos (femeninos) y los espermatozoides (masculinos). Suelen formarse en individuos diferentes (machos y hembras) aunque existen animales que pueden producir los dos tipos de gametos (hermafroditas).
2º.- La fecundación de los gametos produce una célula huevo o cigoto. Esta fecundación puede darse dentro de la madre (interna) o en el exterior (externa).
3º.- El desarrollo del cigoto se pude dar en el interior de la madre (vivíparos) o en el interior de un huevo (ovíparos).
4º.- El desarrollo del embrión puede ser: directo: del embrión sale un individuo similar a sus padres como en mamíferos, aves y reptiles o indirecto: del cigoto sale una larva que tras una metamorfosis llegará a ser adulto. (anfibios o mariposas).
5º.- Los individuos resultantes no son idénticos a sus padres puesto que tienen los caracteres mezclados entre ambos.














 4.c. La reproducción en las plantas sin flores:
  En las plantas sin flores la reproducción es un ciclo con dos generaciones donde existe una fase sexual que forma gametos (gametofito) y una asexual que forma esporas (esporofito). Una vive siempre a expensas de la otra.








En los musgos la fase dominante, la que vemos cuando vamos al campo, es la fase que forma los gametos (gametofito), la fase esporofito dura poco y se seca rápidamente.
En los helechos la fase dominante, lo que determina el vegetal, lo que observamos a simple vista es la fase esporofito, fase asexual formadora de esporas. La fase gametofito es una pequeña lámina de vida efímera subterránea.



 4.d. Reproducción de las plantas con flores:
  El aparato reproductor de la mayoría de los vegetales terrestres es la flor. La flor consta de: sépalos, pétalos, estambres y carpelos.
1º.- En el interior de los granos de polen, producidos en las anteras de los estambres, se desarrolla el gameto masculino o anterozoide y en el interior de los carpelos se forma el gameto femenino u oosfera. Por lo tanto el gametofito de las plantas con flor se encuentra reducido a un pequeño grupo de células específicas.
2º.- El polen llega a la parte femenina de la flor por la polinización con el concurso de distintos agentes transportadores de polen (viento, insectos, aves...).
3º.- Una vez que el grano de polen llega a la parte femenina de la flor de otra planta diferente (generalmente) éste desarrolla un tubo polínico (con dos anterozoides) que se prolonga e introduce por el ovario hasta llegar al óvulo.
4º.- Se produce la fecundación: uno de los anterozoides se une a la oosfera formando el zigoto y el otro se une a otros dos núcleos del óvulo formando el tejido nutritivo que alimentará al embrión durante su desarrollo y vida dentro de la semilla.
5º.- El óvulo tras la fecundación se transforma en embrión con su estructura nutritiva que lo rodea. Las paredes del ovario se transforman, se hacen duras o carnosas y forman el fruto. Este fruto, con diversas formas de dispersión, suelta cuando está maduro las semillas que se diseminan por el viento, agua, insectos, aves.... y produce de nuevo una planta adulta






  El conjunto de envoltura, embrión y alimento es la semilla. Cuando ésta cae en un medio adecuado, con las condiciones ambientales adecuadas, la semilla germina y da una nueva planta.
En las gimnospermas el óvulo no está encerrado en un ovario y por lo tanto tras la fecundación no existe transformación del ovario en fruto. Por lo tanto las gimnospermas son vegetales sin fruto. Las semillas están libres sobre las brácteas de la flor (piña).
En las angiospermas sí existe ovario donde se encuentra el óvulo. Tras la fecundación sí se produce el fruto con las semillas dentro.





La reproducción sexual general individuos únicos e irrepetibles puesto que une dos células distintas, espermatozoides y óvulos, de progenitores diferentes ocasionando un individuo nuevo con caracteres mixtos entre ambos. Esto asegura la diversidad dentro de la especie. Así pueden estar preparados para una mejor adaptación ante un posible cambio o modificación del medio en que viven.